por Virgilio Gautreaux/Tomado de Elbiranny.com
Confieso que me he hecho prisionero del paisaje barahonero. Soy un “preso de confianza” de nuestras bellezas naturales.
Es difícil sustraerse de la multicoloridad marino-montañisa de
Bahoruco. Los colores verde-azul-larimar, juguetean ante nuestos ojos. A
veces parecen competir para atraer nuestra concentración. Montañas
juguetonas-cual si fueran un cardúmen de ballenas-parecen hundirse en
las profundidades del mar caribe.
En
mi foto-recorrido costero del pasado 7 de abril de este 2010, me
encontré con este “tesoro oculto”, ubicado a menos de 20 minutos de la
ciudad de Barahona.
Contemplar esta playa, deja estupefacto y atolondrado al visitante
ante tanta belleza. Un mar azul parece confundirse con el del cielo. Un
oleaje permanente y una fresca brisa, completa este ecosistema, donde se
funden las aguas del río con las del mar.
La laboriosa comunidad de Bahoruco, trabaja arduamente en la
superación de sus hijos. Hay pocas fuentes de trabajo y muchas
necesidades. Pero hay que subsistir. Generosas tierras son asiento de
una agricultura que alimenta los lugareños y produce execedentes que son
vendidos para adquirir otras mercaderías y servicios. La recolección de
grava del mar para la venta, es una fuente relevante de ingresos. La
pesca, es otra actividad destacada que genera empleos e ingreso en
muchas personas.
El comercio, los remesas que envían los que partieron hacia otros
lugares del país y el extranjero, así como variados empleos públicos y
privados, completan la dinámica económica de la comunidad. Es en este
contexto es que gente luchadora ha logrado determinados avances, en una
comunidad pobre, pero rodeada de riquezas paisajísticas y recreativas,
que no son sufucientemente explotadas.
Con
mucho esfuerzo, la comunidad logró que manos generosas le construyeran
una moderna edificación escolar. Los cambios-aunque muy
lentamente-pueden apreciarse transitando las calles del poblado.
Bahoruco es asiento de nuestro LARIMAR y del hermoso proyecto CASA BONITA.
Tomé estas fotos el pasado mes de abril y no me canso de contemplarlas, por lo que me permito compartirlas con ustedes.
Mientras tomaba las fotos llegó una yola cargada de peces, donde
compré Carite fresquecito en ruedas, el cual comí en mi casa frito con
escabeche, acompañado de moro con coco, agucate y tostones. Cerré el
caso con una taza de café caliente “Made in Barahona”.
Considero un verdadero crimen que el egoismo de algunos empresarios
turísticos de otras latitudes y una cierta indiferencia de los altos
funcionarios que lo controlan todo desde la capital, mantenga toda esta
riqueza en bruto sin que se aproveche su potencial.
Nuestros
funcionarios locales (gubernamemntales y municipales) también han sido
un poco lentos en exigir la atención de los gobiernos en los últimos 10
años. No queremos que nos regalen nada.
Simplemente aspiramos que desde el poder, se le otorguen a Barahona
algunas de las facilidades de que disfrutaron (y disfrutan) los hoy
POLOS DESARROLLADOS. Aunque varias ventanillas fiscales y capitales
baratos de organismos internacionales ya no existen, el Gobierno puede
otorgar determinadas facilidades, a la vez que puede ORDENAR que se
aprueben los proyectos turísticos y desarrollistas que actualmente se
oxidan en ciertas gavetas de la capital. Por supuesto, nos referimos a
los que son compatibles con los ecosistemas de la zona.
Cuando transite hacia los balnearios, dese una vueltecita por Bahoruco, y le aseguro que no se arrempetirá.