jueves, 24 de octubre de 2013

GRAN TRABAJO INVESTIGATIVO! El fallecimiento de María Montez en 1951 y la prensa francesa

El fallecimiento de María Montez en 1951 y la prensa francesa
Por: Virgilio Gautreaux P./Tomado de Elbiranny.com

Foto de María Montez en primera página del periódico francés Soir
EL SÁBADO 8 DE SEPTIEMBRE DEL 1951
La inmensa actriz barahonera de fama mundial MARÍA MONTÉZ falleció el 7 de Septiembre de 1951 en la capital francesa, llenado de dolor a toda la comunidad de sus admiradores a nivel internacional. Importantes agencias reseñaron el luctuoso acontecimiento que llenó de estupor al mundo del espectáculo. En este breve trabajo compilamos las noticias que sobre el fallecimiento y el acto del sepelio, publicaran los medios impresos franceses. Veamos:

El Periódico Le Intransigent, en su edición del 7 de Septiembre de 1951 publicó una información en la que señalaba:

En el ángulo del camino de “Las Rosas y de la calle del “Doctor-Roux”, la villa “Les Copeaux”, que desde hacen dos años habitaban Jean Pierre Aumont y María Montéz, ha vuelto a tomar brutalmente su antiguo y olvidado aspecto: el de una casa maldita.

En Efecto, hace veinte años la inquilina de “Les Copeaux”, una comediante belga, murió en condiciones misteriosas: la investigación realizada no pudo jamás establecer si se trataba de un suicidio o de un accidente. Cuando los Aumont se establecieron en “Les Copeaux” con su pequeña hija María Cristina, sus vecinos se persuadieron de que la leyenda de la villa estaba definitivamente conjurada. La muerte de María Montéz, ocurrida inesperadamente ayer tarde, “ha devuelto a la villa su fama azarosa”.

Tres timbrazos telefónicos oficiales, espantosos en su misma seca brevedad, narra este drama brutal: a las 13 y 16 de la tarde recibía de “Les Copeaux” una llamada desesperada el cuartel de los bomberos; media hora hacía que Aidita y Teresita Gracia trataban en vano de reanimar a su hermana. A las 13 horas y 40 minutos el oficial de servicio del Estado Mayor de los bomberos de París recibió la confirmación: “Acaba de ser sacada de su bañadera una mujer ahogada, en el primer piso de una villa”. Mientras los vecinos rodeaban los dos vehículos de auxilio pintados de rojo y las dos ambulancias y el carro de la policía que se estacionaron frente a la villa, el Estado Mayor recibió (a las 15Horas y 35 minutos) una última llamada: “ El Dr. Dugonot ha constatado el fallecimiento. La víctima es la señora J. F. Aumont, actriz (sic). Causa cierta: accidente. Síncope sufrido en el curso de un baño demasiado caliente (45 grados)”.

Prevenido por Aidita, Jean Pierre Aumont abandonó-totalmente perturbado-el estudio de Billancourt, donde rodaba “L´ Appat” y llegó a toda velocidad frente a la villa. Abandonando su Alfa Romeo, pintado de gris y azul, en medio de la calle, penetró como un loco en la casa. Todos los esfuerzos por proporcionarle la respiración artificial, todas las inyecciones de adrenalina al cuerpo inánime de la actriz, resultaron inútiles.

Inmediatamente fue cerrada con cerrojo la puerta de la villa. J. P. Aumont, que todavía lucía el maquillaje del estudio, sollozaba amargamente postrado a los pies de María, a quien Aidita, Teresita y la ayuda de cámara Janine, habían vestido con un traje de seda azul pálido. Momentos más tarde, Louis Beydte, Alfred Adams, Pierre Dux y Marcel Karsently, quienes la noche anterior habían sido invitados a la gran comida de amigos celebrada en Les Copeaux, llegaron a la villa.

A las 7 de la noche llegó el Embajador dominicano (María nació en Santo Domingo) a presentar sus condolencias como amigo y diplomático. Visiblemente turbado, no pudo llegar más que hasta la habitación del primer piso, donde reposaban los despojos de la vedette.

Telegrama publicado en la edición del 8 de Septiembre, en el mismo periódico:

“A las 7, Su Excelencia Tulio Franco y Franco,Embajador de la República Dominicana, acompañado de su esposa y del Cónsul General, llegó a presentar sus condolencias de compatriota (María Montéz nació en Santo Domingo) y de amigo”.

El periódico Ce Soir de París, en una información de fecha 11 de Septiembre del 1951, trae la noticia siguiente:

El sepelio de María Montéz se verificó esta mañana a las 11:00 am en la iglesia Saint-Pierre de Chailot, en presencia de una multitud considerable, entre la cual se notaban numerosas personalidades del teatro y del cine.

Luego la comitiva fúnebre se dirigió al cementerio Montparnase, donde se pronunciaron, antes del entierro, a cargo de Piere Dux y del Embajador de la República Dominicana, sendos panegíricos de la muerta.

J. P. Aumont, esposo de María Montéz, llora en el carro que lo conduce de la casa mortuoria a la iglesia.

El mismo Ce Soir de fecha 12 de Septiembre publica la crónica que sigue:

En la iglesia de Saint-Pierre y ante una asistencia silenciosa que parecía ser presa del estupor por la desaparición prematura de la bella actriz cuyo talento en pleno desarrollo parecía prometer una larga carrera.

Al lado de sus cuñadas Adita, Teresita y Lucila, vestidas de luto riguroso y cubiertas de largos velos negros, Jean Pierre Aumont, adolorido profundamente, sollozaba, pálido y descompuesto, estrujándose las manos ante la cara desecha por la pena.

Entre la numerosa asistencia que vino a ofrecerle un postrer homenaje a María Montéz aparecían muchos artistas, escritores, escenaristas y escenificadores, entre los cuales reconocimos a los Sres. Pierre Dux, Jean Carence, Representante del Sindicato de los Artistas de la Comedia, Phillippe Mériat, de la Academia Concouurt, Jean Karchat, Marcel Herrand, Robert Pizzani, Jean-Paul Jouvet, acompañado de Anne-Marie y Lise Jouvet, Gilbert Gil, Robert Serenne. También estaban las señoras Gaby Morlay, Dominique Blanchar, Janine Crispin, Simone Simon, Marcelle Géniat, Jeane Boitel, Rosine Dérean, Simone Berrieau, Héléne Bossis, Thérese Dorny y Thilda Tamar.

El periódico France Soir del 12 de Septiembre trae la información que a continuación transcribo:

Los funerales de María Montéz, celebrados esta mañana a las once en la iglesia de San Pedro De Chaillot, donde fue transportado su cuerpo en las primeras horas de la mañana, se desarrollaron en un absoluto recogimiento. Se sentía que los asistentes estaban estupefactos. Todos se preguntaban cómo la fatalidad había podido convertir a esta arrebatadora y hermosa mujer, cuya belleza, espíritu y vivacidad, eran legendarios, en estos fríos despojos que descansaban en un féretro, alrededor del cual caían las flores color púrpura, animadas por las llamas de los cirios.

En el coro de la iglesia el triple féretro, cubierto de ropajes negros, fue colocado sobre un catafalto alrededor del cual la lama de los cirios arrojaba pálidos resplandores sobre las coronas de flores enviadas por el gobierno dominicano, la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos, los técnicos de las películas de María Montéz y las grandes firmas cinematográficas con las cuales esa artista había colaborado. Entre ese montón de flores, tres coronas de gladiolos llevaban las iniciales M. M. A. bordadas en plata.

Jean Pierre Aumont estaba transido de dolor. No volvía en sí más que para ser sacudido por terribles sollozos sin lágrimas. Aidita Teresita y Lucila hermanas de María Montéz, rodeaban a su cuñado. Detrás de ellos se encontraba una multitud de amigos y parientes que habían venido a darle su último adiós a María Montéz, entre los cuales se encontraban Pierre Dux, Dominique Blanchard, Bernard Frncois-Poncet y la Sra. Bidault.

En representación del Sindicato de Comediantes se encontraban presentes Gaby Morlay, Janine Crispin, Simone Simon, Marcelle Geniat, Jeanne y Jean Carence.

También estaba el autor y actor Phillipe Heriat, de la Academia Concourt, Jean Marchat, Marcel Herrand, Robert Pizzani, Jean-Paul, Anne-Marie y Lisa Jouvet.

Entre los que habían venido para acompañar en su sentimiento a Jean Pierre Aumont, se encontraban también Risine Dérean, Simón Berrieau, Helene Bossis, Therese Dorny, Thilda Tamarr, Gilbert-Gil, Robert Serenne y Luis Vattier.

El periódico Ce Matin del 12 de Septiembre de 1951 reseña con las notas siguientes el sepelio:

A las 11 de la mañana del día de ayer se celebraron los funerales de María Montéz en la iglesia de San Pedro de Chaillot, en presencia de una multitud de varios miles de personas.

La ceremonia se desarrolló con la mayor sencillez, según lo deseos de la familia. El féretro estaba completamente cubierto de flores, entre las cuales se encontraba una corona enviada por el gobierno dominicano.

Durante toda la ceremonia Jean Pierre Aumont, quien se había opuesto a que el traslado del cuerpo se efectuara el día anterior, no cesaba de solloxzar, lo mismo que las hermanas de la desaparecida artista.

Al salir de la iglesia se echó en brazos de Valentine Tessier y sufrió una neva crisis de desesperación después de la inhumación provisional que tuvo lugar en el cementerio de Montparnasse, donde descansa la madre de Jean Pierrre Aumont.

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El periódico Le Figaro en su edición del 12 de Septiembre de 1951, trae la información siguiente:

Numerosas personalidades de la diplomacia, del teatro y del cine que no podemos citar en su totalidad, figuraba entre los asistentes, el Secretario de Estado de Bellas artes en primera fila, ostentando la representación del Gobierno.

Después de la misa de canto llano ejecutado por la escuela de música de Saint- Pierre de Chaillot, el Abate Capelle pronunció las últimas oraciones y la familia y los amigos de la difunta la acompañaron al conocido cementerio Montparnasse donde dos discursos emocionados de despedida fueron pronunciados por el Embajador de la República Dominicana y por Pierre Dux, respectivamente.

El periódico L’ Aurore del 12 de Septiembre de 1951, reseña el sepelio en los siguientes términos:

Lo más selecto del mundo del cine y del teatro, mezclado con el pueblo anónimo, asistieron a las ceremonias celebradas en la iglesia de San Pedro de Chaillot, donde desaparecían bajo los ropajes negros con las iniciales M. M. A. (María Montéz Aumont) y bajo las gigantescas coronas de rosas y gladiolos, entre las cuales se destacaba principalmente la que fue enviada por el Embajador de la República Dominicana, que después de Pierre Dux iba a pronunciar el panegírico de su compatriota.

Ayer se aseguraba que J. P. Aumont no se quedará en Francia, y que dentro de poco irá a los Estados Unidos con su hija, la pequeña María Cristina, y con su cuñada Consuelo quien vino de Los Ángeles en avión para asistir a los funerales de María Montéz.


Concluyendo esta crónica, me entero que a petición del público, se presentará nuevamente la obra “MARÍA MONTÉZ 100 AÑOS” escrita por el dramaturgo LUIS DANTES-CASTILLO. La actividad será montada el próximo Viernes 25 de Octubre en curso en el CINE-TEATRO MARÍA MONTÉZ a las 8:30 de la noche. La presentación es gratuita para los socios del Club Naco y sus relacionados.