El fallecimiento de María Montez en 1951 y la prensa francesa
Por: Virgilio Gautreaux P./Tomado de Elbiranny.com
Foto de María Montez en primera página del periódico francés Soir
EL SÁBADO 8 DE SEPTIEMBRE DEL 1951
La inmensa actriz barahonera de fama
mundial MARÍA MONTÉZ falleció el 7 de Septiembre de 1951 en la capital
francesa, llenado de dolor a toda la comunidad de sus admiradores a
nivel internacional. Importantes agencias reseñaron el luctuoso
acontecimiento que llenó de estupor al mundo del espectáculo. En este
breve trabajo compilamos las noticias que sobre el fallecimiento y el
acto del sepelio, publicaran los medios impresos franceses. Veamos:
El Periódico Le Intransigent, en su edición del 7 de Septiembre de 1951 publicó una información en la que señalaba:
En el ángulo del camino de “Las Rosas y
de la calle del “Doctor-Roux”, la villa “Les Copeaux”, que desde hacen
dos años habitaban Jean Pierre Aumont y María Montéz, ha vuelto a tomar
brutalmente su antiguo y olvidado aspecto: el de una casa maldita.
En Efecto, hace veinte años la inquilina
de “Les Copeaux”, una comediante belga, murió en condiciones
misteriosas: la investigación realizada no pudo jamás establecer si se
trataba de un suicidio o de un accidente. Cuando los Aumont se
establecieron en “Les Copeaux” con su pequeña hija María Cristina, sus
vecinos se persuadieron de que la leyenda de la villa estaba
definitivamente conjurada. La muerte de María Montéz, ocurrida
inesperadamente ayer tarde, “ha devuelto a la villa su fama azarosa”.
Tres timbrazos telefónicos oficiales,
espantosos en su misma seca brevedad, narra este drama brutal: a las 13 y
16 de la tarde recibía de “Les Copeaux” una llamada desesperada el
cuartel de los bomberos; media hora hacía que Aidita y Teresita Gracia
trataban en vano de reanimar a su hermana. A las 13 horas y 40 minutos
el oficial de servicio del Estado Mayor de los bomberos de París recibió
la confirmación: “Acaba de ser sacada de su bañadera una mujer ahogada,
en el primer piso de una villa”. Mientras los vecinos rodeaban los dos
vehículos de auxilio pintados de rojo y las dos ambulancias y el carro
de la policía que se estacionaron frente a la villa, el Estado Mayor
recibió (a las 15Horas y 35 minutos) una última llamada: “ El Dr.
Dugonot ha constatado el fallecimiento. La víctima es la señora J. F.
Aumont, actriz (sic). Causa cierta: accidente. Síncope sufrido en el
curso de un baño demasiado caliente (45 grados)”.
Prevenido por Aidita, Jean Pierre Aumont
abandonó-totalmente perturbado-el estudio de Billancourt, donde rodaba
“L´ Appat” y llegó a toda velocidad frente a la villa. Abandonando su
Alfa Romeo, pintado de gris y azul, en medio de la calle, penetró como
un loco en la casa. Todos los esfuerzos por proporcionarle la
respiración artificial, todas las inyecciones de adrenalina al cuerpo
inánime de la actriz, resultaron inútiles.
Inmediatamente fue cerrada con cerrojo
la puerta de la villa. J. P. Aumont, que todavía lucía el maquillaje del
estudio, sollozaba amargamente postrado a los pies de María, a quien
Aidita, Teresita y la ayuda de cámara Janine, habían vestido con un
traje de seda azul pálido. Momentos más tarde, Louis Beydte, Alfred
Adams, Pierre Dux y Marcel Karsently, quienes la noche anterior habían
sido invitados a la gran comida de amigos celebrada en Les Copeaux,
llegaron a la villa.
A las 7 de la noche llegó el Embajador
dominicano (María nació en Santo Domingo) a presentar sus condolencias
como amigo y diplomático. Visiblemente turbado, no pudo llegar más que
hasta la habitación del primer piso, donde reposaban los despojos de la
vedette.
Telegrama publicado en la edición del 8 de Septiembre, en el mismo periódico:
“A las 7, Su Excelencia Tulio Franco y
Franco,Embajador de la República Dominicana, acompañado de su esposa y
del Cónsul General, llegó a presentar sus condolencias de compatriota
(María Montéz nació en Santo Domingo) y de amigo”.
El periódico Ce Soir de París, en una información de fecha 11 de Septiembre del 1951, trae la noticia siguiente:
El sepelio de María Montéz se verificó
esta mañana a las 11:00 am en la iglesia Saint-Pierre de Chailot, en
presencia de una multitud considerable, entre la cual se notaban
numerosas personalidades del teatro y del cine.
Luego la comitiva fúnebre se dirigió al
cementerio Montparnase, donde se pronunciaron, antes del entierro, a
cargo de Piere Dux y del Embajador de la República Dominicana, sendos
panegíricos de la muerta.
J. P. Aumont, esposo de María Montéz, llora en el carro que lo conduce de la casa mortuoria a la iglesia.
El mismo Ce Soir de fecha 12 de Septiembre publica la crónica que sigue:
En la iglesia de Saint-Pierre y ante una
asistencia silenciosa que parecía ser presa del estupor por la
desaparición prematura de la bella actriz cuyo talento en pleno
desarrollo parecía prometer una larga carrera.
Al lado de sus cuñadas Adita, Teresita y
Lucila, vestidas de luto riguroso y cubiertas de largos velos negros,
Jean Pierre Aumont, adolorido profundamente, sollozaba, pálido y
descompuesto, estrujándose las manos ante la cara desecha por la pena.
Entre la numerosa asistencia que vino a
ofrecerle un postrer homenaje a María Montéz aparecían muchos artistas,
escritores, escenaristas y escenificadores, entre los cuales
reconocimos a los Sres. Pierre Dux, Jean Carence, Representante del
Sindicato de los Artistas de la Comedia, Phillippe Mériat, de la
Academia Concouurt, Jean Karchat, Marcel Herrand, Robert Pizzani,
Jean-Paul Jouvet, acompañado de Anne-Marie y Lise Jouvet, Gilbert Gil,
Robert Serenne. También estaban las señoras Gaby Morlay, Dominique
Blanchar, Janine Crispin, Simone Simon, Marcelle Géniat, Jeane Boitel,
Rosine Dérean, Simone Berrieau, Héléne Bossis, Thérese Dorny y Thilda
Tamar.
El periódico France Soir del 12 de Septiembre trae la información que a continuación transcribo:
Los funerales de María Montéz,
celebrados esta mañana a las once en la iglesia de San Pedro De
Chaillot, donde fue transportado su cuerpo en las primeras horas de la
mañana, se desarrollaron en un absoluto recogimiento. Se sentía que los
asistentes estaban estupefactos. Todos se preguntaban cómo la fatalidad
había podido convertir a esta arrebatadora y hermosa mujer, cuya
belleza, espíritu y vivacidad, eran legendarios, en estos fríos despojos
que descansaban en un féretro, alrededor del cual caían las flores
color púrpura, animadas por las llamas de los cirios.
En el coro de la iglesia el triple
féretro, cubierto de ropajes negros, fue colocado sobre un catafalto
alrededor del cual la lama de los cirios arrojaba pálidos resplandores
sobre las coronas de flores enviadas por el gobierno dominicano, la
Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos, los técnicos de las
películas de María Montéz y las grandes firmas cinematográficas con las
cuales esa artista había colaborado. Entre ese montón de flores, tres
coronas de gladiolos llevaban las iniciales M. M. A. bordadas en plata.
Jean Pierre Aumont estaba transido de
dolor. No volvía en sí más que para ser sacudido por terribles sollozos
sin lágrimas. Aidita Teresita y Lucila hermanas de María Montéz,
rodeaban a su cuñado. Detrás de ellos se encontraba una multitud de
amigos y parientes que habían venido a darle su último adiós a María
Montéz, entre los cuales se encontraban Pierre Dux, Dominique Blanchard,
Bernard Frncois-Poncet y la Sra. Bidault.
En representación del Sindicato de
Comediantes se encontraban presentes Gaby Morlay, Janine Crispin, Simone
Simon, Marcelle Geniat, Jeanne y Jean Carence.
También estaba el autor y actor Phillipe
Heriat, de la Academia Concourt, Jean Marchat, Marcel Herrand, Robert
Pizzani, Jean-Paul, Anne-Marie y Lisa Jouvet.
Entre los que habían venido para
acompañar en su sentimiento a Jean Pierre Aumont, se encontraban también
Risine Dérean, Simón Berrieau, Helene Bossis, Therese Dorny, Thilda
Tamarr, Gilbert-Gil, Robert Serenne y Luis Vattier.
El periódico Ce Matin del 12 de Septiembre de 1951 reseña con las notas siguientes el sepelio:
A las 11 de la mañana del día de ayer se
celebraron los funerales de María Montéz en la iglesia de San Pedro de
Chaillot, en presencia de una multitud de varios miles de personas.
La ceremonia se desarrolló con la mayor
sencillez, según lo deseos de la familia. El féretro estaba
completamente cubierto de flores, entre las cuales se encontraba una
corona enviada por el gobierno dominicano.
Durante toda la ceremonia Jean Pierre
Aumont, quien se había opuesto a que el traslado del cuerpo se efectuara
el día anterior, no cesaba de solloxzar, lo mismo que las hermanas de
la desaparecida artista.
Al salir de la iglesia se echó en brazos
de Valentine Tessier y sufrió una neva crisis de desesperación después
de la inhumación provisional que tuvo lugar en el cementerio de
Montparnasse, donde descansa la madre de Jean Pierrre Aumont.
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El periódico Le Figaro en su edición del 12 de Septiembre de 1951, trae la información siguiente:
Numerosas personalidades de la
diplomacia, del teatro y del cine que no podemos citar en su totalidad,
figuraba entre los asistentes, el Secretario de Estado de Bellas artes
en primera fila, ostentando la representación del Gobierno.
Después de la misa de canto llano
ejecutado por la escuela de música de Saint- Pierre de Chaillot, el
Abate Capelle pronunció las últimas oraciones y la familia y los amigos
de la difunta la acompañaron al conocido cementerio Montparnasse donde
dos discursos emocionados de despedida fueron pronunciados por el
Embajador de la República Dominicana y por Pierre Dux, respectivamente.
El periódico L’ Aurore del 12 de Septiembre de 1951, reseña el sepelio en los siguientes términos:
Lo más selecto del mundo del cine y del
teatro, mezclado con el pueblo anónimo, asistieron a las ceremonias
celebradas en la iglesia de San Pedro de Chaillot, donde desaparecían
bajo los ropajes negros con las iniciales M. M. A. (María Montéz Aumont)
y bajo las gigantescas coronas de rosas y gladiolos, entre las cuales
se destacaba principalmente la que fue enviada por el Embajador de la
República Dominicana, que después de Pierre Dux iba a pronunciar el
panegírico de su compatriota.
Ayer se aseguraba que J. P. Aumont no se
quedará en Francia, y que dentro de poco irá a los Estados Unidos con
su hija, la pequeña María Cristina, y con su cuñada Consuelo quien vino
de Los Ángeles en avión para asistir a los funerales de María Montéz.
Concluyendo esta crónica, me entero que a
petición del público, se presentará nuevamente la obra “MARÍA MONTÉZ
100 AÑOS” escrita por el dramaturgo LUIS DANTES-CASTILLO. La actividad
será montada el próximo Viernes 25 de Octubre en curso en el CINE-TEATRO
MARÍA MONTÉZ a las 8:30 de la noche. La presentación es gratuita para
los socios del Club Naco y sus relacionados.