La
riqueza patrimonial de nuestros pueblos, tiene su historia. Son el
resultado de épocas concretas. Reflejan procesos de crecimiento urbano,
cultural y de progreso.
Nuestras estructuras de antaño son el resultado de esfuerzos colectivos agrupados en el ideal de la superación colectiva.
Nuestras estructuras de antaño son el resultado de esfuerzos colectivos agrupados en el ideal de la superación colectiva.
Los años de inauguración de las diferentes edificaciones nos reflejan los períodos de auge y declinación por los que atravesó la provincia de Barahona y su Común cabecera.
Debemos siempre inclinarnos reverentes ante los hombres y las mujeres que con su esfuerzo y sacrificio desde el aula, el campo, la factoría, el comercio, el cafetal, el mar, el valle o la montaña, contribuyeron a forjar la barahoneridad.
El parque central y su glorieta, tienen mucho que contarnos.
Saludos
Virgilio Gautreaux P.
Virgilio Gautreaux P.
BREVE HISTORIA DE LA GLORIETA DEL PARQUE CENTRAL
Por: Virgilio Gautreaux P.
El Diccionario Larousse 2003 define GLORIETA como “Plazoleta generalmente en un jardín donde suele haber un Cenador”. A su vez, CENADOR lo explica como “espacio generalmente de planta circular que suele haber en los jardines, cercado de plantas trepadoras parras o árboles”. También se aceptan las denominaciones quiosco y plazoleta.
En la ciudad de Barahona su
parque central ha tenido dos glorietas, las cuales tuvieron gran
repercusión social pues a partir de la edificación de ambas, se
catapultaron diferentes actividades de tipo social y cultural. Su
estructura elevada de seguro sirvió de base para pronunciamientos
políticos, discursos y asambleas de diferente naturaleza. Sin embargo,
su uso más cotidiano eran los conciertos de la banda de música. Los
clubes culturales y otras asociaciones recreativas, hacían uso frecuente
de estas instalaciones.
Primera Glorieta
La historia de la primera
glorieta de Barahona se remonta a finales del siglo antepasado, cuando
sus autoridades se empeñan en promover lo que podría definirse como el
área de “en desarrollo” de la ciudad, ubicada alrededor del
Parque Central. Con esta filosofía en mente, en la Sesión de la Sala
Capitular de fecha 27 de Diciembre de 1893, el Tesorero
Municipal-Santiago Peguero-haciendo uso de la palabra pidió la
autorización al Ayuntamiento para “ir aglomerando piedras y otros materiales en la plaza para formar una glorieta”. Su propuesta fue aceptada.
En una Sesión de fecha 7 de
Febrero de 1894, el Presidente del Ayuntamiento, Don Lauro Tellería
informó que el Vice-Presidente de la República General Wenceslao
Figuereo ofrecía un ramillete con cinco faroles “y la columna de hierro llevando la inscripción de su nombre al pueblo de Barahona”.
El Ayuntamiento local en su Sesión del 21 de Febrero de 1894 acordó que en la tarde del 26 de dicho mes, se inauguraran los faroles del alumbrado público.
También en esta reunión, la Sala Capitular aprobó contribuir con Veinte
pesos a la edificación de la estatua del patricio Juan Pablo Duarte en
la ciudad capital.
En la Sesión efectuada por el
organismo municipal el 24 de Febrero del citado año, se comisionó al
Presidente de la Sala Capitular y al Sr Luis Del Monte para invitar
al cura para el bautizo de la Plaza y el acto de colocación de la
primera piedra donde se debe fabricar la glorieta. Por mayoría de votos, se resolvió nombrar dicha Plaza, como Parque Libertad.
Con motivo del Cincuentenario de
la independencia nacional, el 27 de Febrero de 1894, se colocó la
primera piedra donde se debía construir la estructura. Este acto
oficial fue encabezado por el Sr Gobernador provincial José Dolores
Matos, así como por el pleno de la Sala Capitular del Ayuntamiento de la
Común de Barahona, integrado por su Presidente, Lauro Tellería, el
Vicepresidente, Luis del Monte, el Sr Síndico Francisco Calderón,
Santiago Peguero, Tesorero y los Regidores David Sánchez, Manuel Díaz,
Nicolás Lembert y Nolasco Suero. Otros funcionarios públicos y personas
de la población, estuvieron presentes en la actividad. El cura párroco
local bendijo el lugar.
Ese día glorioso (27/02/1894)
se realizó una retreta en la plaza Se pronunciaron discursos y se
efectuó un obsequio a los músicos voluntarios actuantes. El Presidente
del Cabildo y el Tesorero distribuyeron entre los músicos actuantes y
los menesterosos presentes, la suma de 12 pesos fuertes.
Al parecer el ramillete de
faroles y la columna de hierro que lo sostenía, fue colocado en una
fecha posterior la cual no hemos localizado por el momento. Sin embargo,
en una foto que suponemos se tomó alrededor de 1910, se observa la
columna de hierro y sus faroles. En la base figura también la glorieta
de entonces, la cual consistía en una plataforma redonda de cemento con
una altura de unas 18-24 pulgadas.
Doña Anita Lembert Peguero
recuerda bien esta glorieta, alrededor de la cual jugaba junto a sus
amiguitas de la época, antes de que fuera construida la segunda
estructura en 1927. Este lugar se convirtió en el lugar preferido donde
adultos, adolescentes y pequeños, realizaban diferentes actividades.
La importancia del parque como “polígono central”
de la ciudad, motivó que las autoridades municipales ictaran un
conjunto de Resoluciones para peservar el área para conferirle orden y
solemnidad al lugar. De esta forma, se aprobaron normativas que
prohibían el ingreso de burros y caballos, la presencia de adultos y
niños descalzos, personas andrajosas, multas contra la rotura de
bombillas, así como prácticas contra la moral y las buenas costumbres.
Posteriormente al parque el nombre se le puso el nombre del patricio JUAN PABLO DUARTE,
gloriosa denominación que fue cambiada por lambones para denomianr al
parque con el nombre de la madre del tirano Trujillo. En 1961 con la
destrujillización se cambió el nombre y en lugar de restaurar la plaza
con el nombre del Padre de la Patria, se le denominó PARQUE CENTRAL.
Nuestra Sala Capitular debiera aprovechar que el pueblo dominicano está celebrando del BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PADRE DE LA PATRIA, JUAN PABLO DUARTE y colocar nuevamente su glorioso nombre a este parque.
Segunda Glorieta
La década de los años veinte fue
de gran florecimiento económico y social para Barahona y sus
comunidades. A partir de 1921 con la terminación de gran parte de las
obras del ingenio azucarero, comienzan a radicarse en la ciudad
numerosos contingentes de norteamericanos, cubanos, puertorriqueños,
isleños, así como muchos dominicanos que del resto del país fueron a
Barahona en búsqueda de mejor suerte. Estas personas y sus familias
dieron un impulso a la cultura, las habilidades, el conocimiento y las
formas de transmitir el conocimiento, sobre la comunidad barahonera.
En esa década llega a Barahona el
acueducto, la energía eléctrica, el ferrocarril, el teléfono, el
transporte aéreo, la expansión urbana y el automóvil. Se expande la
producción agropecuaria para atender la gran masa de consumidores
asalariados. Crece la producción de café, aumenta el corte de madera,
surgen medianas y pequeñas industrias, florecen numerosos negocios;
también surgen oficinas de corresponsales comerciales y representaciones
consulares (España, Haití y Dinamarca). El National City Bank,
instala una sucursal en Barahona. Se construye una gran panadería, una
bodega para atender la demanda de los gerentes extranjeros, donde
también adquirían mercancías importadas los técnicos y funcionarios de
alto nivel, así como las personas pudientes de la ciudad de Barahona.
La expansión de las actividades
económicas en todo el valle de Neyba y en las zonas cafetaleras,
incentiva la construcción de una serie de caminos vecinales, así como el
inicio de la importante carretera Barahona-Azua en 1927. Desde inicios
de los años veinte, una vía secundaria conectaba las provincias de
Barahona con San Juan. El muelle fue reforzado ante el incremento del
flujo comercial.
El hospital del central azucarero
contrata prestigiosos médicos dominicanos, a la vez que otros galenos
se instalan en la ciudad pues la masa de potenciales clientes aumenta
simultáneamente con la expansión de las actividades económicas. Aumenta
el número de farmacias y de odontólogos. Muchos de cuyos Las
necesidades del modelo de crecimiento exigen la capacitación de la mano
de obra local, razón por la cual surgen por doquier centros educativos
profesores son contratados de otras partes del país (Santo Domingo, Azua, La Vega, etc).
En este decenio se forman
diversas asociaciones culturales y recreativas. Pujantes jóvenes
barahoneros cultivan la música y la poseía. También invitan
conferencistas e intérpretes musicales de prestigio. De toda esta
dinámica educativa y cultural, surge un conjunto de intelectuales y
artistas que incursionaron en varios géneros. Algunos descollaron fuera
del país convirtiéndose en artistas de fama mundial (María Montéz).
Las autoridades locales
observando los beneficios derivados del trazado urbano del Batey Central
y el ordenamiento territorial de sus actividades, dictan una serie de
Resoluciones, ordenanzas y declaración de utilidad pública de viviendas
para su destrucción con el propósito de prolongar varias calles de la
ciudad. Una serie de actividades son reguladas para evitar el deterioro
de las vías. Un “sector moderno” comienza a desarrollarse en la
zona comprendida entre el parque y la calle Colón. Muchos empresarios de
la localidad adquieren solares en dicha área, generalizándose en esta
parte de la ciudad, las construcciones de blocks.
Es en este marco de realizaciones
urbanísticas y desarrollo económico en la década citada, que el
empresario cafetalero Luis del Monte mediante una comunicación
dirigida al cabildo de Barahona le manifiesta que “con el propósito
de contribuir al ornato de la población, desea que se le otorgue el
derecho de fabricar con sus propios recursos y bajo la supervigilancia
de quien designe el Ayuntamiento, una glorieta en el centro del parque”.
En respuesta a dicha solicitud,
la Sala Capitular en su Sesión de fecha 4 de Febrero de 1927 resolvió
concederle el permiso que solicitaba y significarle que teniendo el
Municipio el deseo de tener un lugar propio para montar un reloj público
en un punto, el más céntrico posible en esta población, ha comisionado a
sus Regidores Alcibíades Alburquerque, Nicolás Ruiz y su Síndico
Trajano Ignacio Potentini, “para cambiar impresiones con él y ver si es posible el colocarlo en la cúspide de dicha glorieta”
En la Sesión del Ayuntamiento
celebrada el 31 de Marzo de 1927, se da lectura a una carta del Sr Luis
del Monte en la que informa que los albañiles “le han dicho que no podía ponerse el reloj arriba de la glorieta”.
En respuesta, las autoridades edilicias resolvieron autorizar la
construcción de la obra como fue concebida originalmente. El Señor Lucas
Espinal mediante una comunicación dirigida al Ayuntamiento en Agosto de
1927 le propone que ante los avances de la construcción de la glorieta
se escoja como su fecha de inauguración el 24 de Septiembre de dicho año
“por ser una fecha que trae memoria de la venerada imagen de nuestra
Sra de las Mercedes, Patrona amada de la República Dominicana”. En Sesión celebrada el 23 de Agosto el Cabildo resolvió contestarle que “unos
días antes de la terminación de dicha obra, el Ayuntamiento resolverá
la publicación de un programa para celebrar la inauguración de esa
obra”.
El Listín Diario publica el
Jueves 13 de Octubre de 1927 una información redactada por su
corresponsal en Barahona, donde dice lo siguiente:
“Vemos con inmensa alegría que
ya se destaca en el centro de nuestro hermoso parque central el kiosco o
glorieta, que como sabrán nuestros lectores, es un obsequio del
altruista caballero hacendado Don Luis E. Delmonte y construida por el
inmejorable constructor señor Julio Beltrán. No sabemos ciertamente el
día de su inauguración pero creemos que estamos próximo; será un gran
acontecimiento para el pueblo de Barahona porque será un
engrandecimiento al realce de la belleza que luce el centro de la
ciudad”.
El Sr Julio Beltrán era de los
contratistas que estaban construyendo la carretera Barahona-Azua en
1927, por disposición del Presidente Horacio Vásquez.
En un reportaje suscrito por el corresponsal local del Listín Diario fechado el 20 de Octubre de 1927, informa que “ha
sido resuelta la inauguración de la glorieta del parque para la llegada
del caballero Don Luis E. Delmonte, considerado así más oportuno por el
Honorable Ayuntamiento y que estará a cargo del amigo Don Lucas
Espinal. Creemos justo lo resuelto”.
En su Sesión de fecha 4 de
Noviembre la Sala Capitular tuvo conocimiento de una carta del Sr Luis
Del Monte mediante la cual ponía a disposición del Ayuntamiento “la glorieta que en obsequio al pueblo y con la autorización del Cabildo construyó en el parque central de esta ciudad”. Los ediles resolvieron remitirle una comunicación agradeciendo el gesto.
El Jueves 17 de Noviembre de 1927
en el Listín Diario se inserta un excelente resumen del
Banquete-homenaje que se realizó en honor al empresario Luis Del Monte
en agradecimiento por su donación de la glorieta.
A partir de la inauguración de
esta imponente obra, el Ayuntamiento de Barahona se empeñó en
transformar el parque para hacer del lugar una verdadera plaza de
esparcimiento de la población. De esta forma, el Parque Duarte-su nombre
oficial-fue sometido a diferentes remodelaciones que incluyeron
sucesivas pavimentaciones, construcción de jardineras, soterrado de
cables eléctricos, postes labrados de cemento con hermosas bombillas,
así como la colocación de tuberías para regar el césped y árboles.
Estimulados por estas acciones municipales, empresarios locales donaban
con regularidad bancos.
Las autoridades municipales se
propusieron también mejorar sustancialmente todo el entorno al Parque,
para lo cual promulgaron una serie de Resoluciones en materia de ornato y
desarrollo urbano. En los años siguientes a la inauguración de la
glorieta, se reconstruyeron las calles del centro de la ciudad, se
construyó el Palacio Municipal, se instaló el reloj público, la cárcel
pública-ubicada frente al parque-fue trasladada a un nuevo local.
También se construyó un canal de desague para eliminar las inundaciones
que afectaban la calle Enriquillo [hoy Nuestra Señora del Rosario].
La glorieta desde su inauguración
se convirtió de inmediato en un verdadero centro social. El parque
arbolado y sus bancos por doquier, atraían a personas de todas las
edades. La muchachada se dedicaba a brincar y correr; los adultos a
conversar y la lectura…..y los jóvenes, a enamorarse !!!!!!
Al parecer la glorieta “vieja” por-disposición municipal-fue trasladada al PARQUE GUAROCUYA, mejor conocido como PARQUE DE LOS SUEROS.
La actividad más popular que se
realizaba en la glorieta del parque central, eran los conciertos de los
domingos. Ese día, desde finales de la década de los años cuarenta,
niños y adolescentes acudían bulliciosamente a los cines UNIÓN, ERCILIA y BAHORUCO
a ver las películas del Matiné, el cual se iniciaba generalmente a las
5 de la tarde. Tan pronto se terminaba la función, a las 7 de la
noche, la muchachada “se tiraba” al parque y comenzaban una serie de
juegos de vaqueros contra indios, bandidos contra policías. También
habían piratas, hombres del espacio (Flash Gordon), gente de la selva
(Jim) y ocasionalmente aparecía un Drácula o un Frankestein. Asimismo,
abundaban los “Llaneros Solitarios”, Durango Kid, Tarzán y Superman.
Mientras los muchachos “se calentaban”
con estos juegos, la Banda de Música salía de su local frente a la
iglesia vieja y con una marcha musical se dirigía hacia la glorieta.
Cuando los presentes en el parque se percataban que los músicos se
aproximaban, todos se alegraban y la emoción subía al límite.
Ya en la glorieta los músicos “entonaban”
algunas notas para afinar sus instrumentos. De repente se iniciaba el
himno nacional y parecía que un rayo había caído paralizándolo todo.
Cundía el silencio. Todo el mundo miraba hacia la glorieta con fervor y
recogimiento. Tan pronto concluía el canto patrio, la banda de música
entonaba danzones y música suave. Más adelante había un receso y luego
continuaba el concierto. A las 9 y media de la noche, venía otra cascada
de emoción pues se tocaba un rumboso merengue de despedida y todo el
mundo se ponía a bailar. Luego, para cerrar, nuevamente el himno.
Algo que siempre cautivó a los
niños y adolescentes era la inscripción que en letras uniformes está
colocada en la cúpula de la glorieta: LUIS E. DELMONTE-AL PARQUE DE BARAHONA-MCMXXVII
La glorieta como estructura
central, social y recreativa fue utilizada en algunas ocasiones para el
montaje de espectáculos y actividades políticas, a pesar de que existían
disposiciones que las prohibían. En efecto, en el año 1960 se apareció
en Barahona un señor que bailaría 100 horas consecutivas en la glorieta
en “apoyo” a una nueva postulación del tirano Trujillo.
Barahoneros pendencieros se levantaban en horas de la madrugada para ver
si el hombre estaba bailando!!!
Años después se presentó en la
glorieta un sujeto que bailaba sobre una botella mientras en su cabeza
tenía colocado un huacal con botellas vacías. Posteriormente, un
ciclista extranjero (tal vez boliviano o peruano) se mantuvo
durante 100 horas dándole vueltas a la glorieta. Al final de su
jornada-corriendo-le dio tres vueltas, entre los aplausos del público.
También en la glorieta se llevaron a cabo jornadas de boxeo, donde KID LELELE (hermano del fotógrafo Cheo Terrero), combatía valientemente.
Como estructura central de la ciudad, la glorieta era el “punto natural”
de encuentro para aquellos que participarían en desfiles escolares o
políticos. De igual modo, era el destino final de los recorridos. En los
días de fiesta era frecuente que en sus alrededores se tiraran fuegos
artificiales.
Con la expansión de la ciudad y
el surgimiento de otras áreas recreativas, comienza a declinar la
glorieta como punto de referencia para la realización de actividades
sociales. Con la decapitación de la tiranía, mejoran los salarios y se
crean nuevos empleos, cambiando la situación de mucha gente. Aquellos
que sólo se “divertían” en áreas públicas y actos oficiales, se
convierten en consumidores activos. En este contexto, surgen también
nuevas modalidades de diversión. El amplio malecón, una serie de bares y
restaurantes, así como numerosos salones de reuniones, se convirtieron
con el paso de los años, en “sustitutos naturales” de la estructura.
La construcción de la glorieta original tomó aproximadamente ocho meses. Sin embargo, unos trabajos de remodelación que actualmente se ejecutan, llevan un tiempo bastante largo. No es posible que reparar la estructura tome casi el mismo tiempo que su construcción.
En la actualidad la glorieta no
tiene el magnetismo de antaño. Fue el ícono de una época y de algunas
generaciones de barahoneros. Hoy, sus glorias de antaño, son sólo un
recuerdo.